La retina es una capa neural localizada en la parte posterior del ojo. Su tejido es altamente especializado para convertir la luz y las imágenes en impulsos eléctricos que pueden ser captados por el cerebro. Existen múltiples enfermedades que pueden comprometer su funcionamiento, especialmente la Retinopatía Diabética. Este padecimiento ha sido calificado como la primera causa de ceguera en nuestro país en pacientes en edad productiva (18 a 65 años). Los vasos de la retina, debido a un mal control de los niveles de azúcar del paciente con el padecimiento comienzan a tornarse porosos. Por un lado se produce una pérdida de grasa y proteínas por dichos conductos.
Adicionalmente, el flujo de sangre se ve comprometido, por lo que la retina comienza a producir, en un intento por recibir un mejor flujo, los llamado neovasos, que no son sino vasos anormales y proliferativos que sangran fácilmente.Con el pasar del tiempo estos vasos invaden toda la retina y al sangrar comienzan a producir membranas que finalmente desprenden la retina y llevan al paciente a la ceguera. Es muy importante monitorizar a los pacientes una vez que son diagnosticados con la enfermedad por lo menos una vez por año, con la pupila dilatada. En caso de que este padecimiento se presente, una vez evaluado con todo cuidado, se debe aplicar tratamiento en la superficie de la retina con rayos laser con el fin de conservar la parte central de la retina. Adicionalmente los antiangiogénicos juegan un papel preponderante disminuyendo el crecimiento de los vasos anormales antes descritos. Si todo esto no es necesario existe un procedimiento quirúrgico denominado vitrectomía donde se intenta frenar la enfermedad si las medidas anteriores no fueron suficientes o si el paciente se presenta con enfermedad avanzada. Pero la mejor medida en este padecimiento es la prevención.