En la cirugía de cataratas, el lente ubicado en el interior del ojo que se ha enturbiado se extrae y reemplaza con un lente artificial (llamado lente intraocular, o IOL, por sus siglas en inglés) para restaurar la visión clara. En general, el procedimiento se realiza en forma ambulatoria y no requiere de estadías nocturnas en un hospital u otra institución médica. La mayoría de los procedimientos modernos con respecto a las cataratas implica el uso de un dispositivo de ultrasonido de alta frecuencia que quiebra el lente enturbiado en pequeños pedazos, que luego se extraen del ojo cuidadosamente mediante succión. Este procedimiento, llamado facoemulsificación o “faco”, puede realizarse con incisiones más pequeñas que las de las técnicas quirúrgicas anteriores para la extracción de cataratas, favoreciendo una curación más rápida y reduciendo el riesgo de complicaciones por la cirugía, tal como el desprendimiento de retina.
Una vez que todos los restos del lente enturbiado se hayan retirado del ojo, el cirujano de cataratas inserta un lente intraocular transparente, colocándolo en forma estable detrás del iris y la pupila, en el mismo lugar que ocupa el lente natural. (En casos especiales, es posible que se coloque un IOL por delante del iris y la pupila, pero es menos común.) Luego, el cirujano termina de extraer la catarata y finaliza el procedimiento del implante IOL cerrando la incisión en el ojo (podría necesitarse un punto), y se coloca sobre el ojo un protector para su cuidado en las primeras etapas de la recuperación de la cirugía de cataratas.